Tan segura hasta la médula como hermosa de acá a la China, María Eugenia Suárez está a punto de dar un gran paso en su trayectoria. En realidad, ya lo dio y es su debut en el cine con un protagónico fuerte. Dirigida por Daniela Goggi y acompañada por Esteban Lamothe, Gloria Carrá y Rafael Spregelburd, entre otros, la ex protagonista de éxitos televisivos comoCasi ángeles y Los únicos, la rubia de 23 años y madre de la pequeña Rufina se pone en la piel de Cielo Latini, la adolescente que contó en un libro autobiográfico la experiencia traumática que la llevó a caer en la anorexia y la bulimia, y que se convirtió en un best seller en la Argentina. "La China" lo leyó a sus 14, le dijo a su madre que iba a ser Cielo en el cine y el sueño se le tornó realidad.
Antes de conversar con María Eugenia Suárez sobre su debut en el cine, la actriz accede al pedido de la fotógrafa de salir a la calle a hacer unas fotos. En la plaza lindante con el Malba, un grupo de jóvenes toma mate en ronda. Las miradas impactan en el cuerpo de "la China", pero su belleza inspira respeto y distancia.
Dejemos a Eugenia unos minutos y concentrémonos en Cielo. La adolescente de la película es también la que un tiempo después convirtió en best seller su experiencia. Una chica que no se sentía a gusto en ningún colegio, que tenía muy pocos amigos y que encontró en un chat -de ahí Abzurdah, su nickname- la vía de escape. Pero ese grupo de pertenencia estaba conformado por adultos y por un hombre (Lamothe) con el cual viviría sus primeras experiencias sexuales, del que se enamoraría hasta la obsesión. La relación esquiva con los padres y la decisión de dejar de comer completarían un cuadro crítico y casi trágico.
-¿Cómo fue tu preparación para Abzurdah? Es un personaje muy distinto de los que hiciste en la tele.
-Es completamente distinto y nunca antes había hecho cine, así que fue todo nuevo para mí. Empecé con una coach, la actriz Andrea Garrote, que me ayudó a resetearme y a sacarme todos lo tics televisivos que tenía, porque yo crecí con la televisión. Y me apoyé mucho en Daniela [Goggi]. Tuve una directora espectacular, que me contuvo mucho. Las escenas fueron difíciles y me sentí cuidada como una hija.
-Estás en pantalla todo el tiempo...
-Insoportable, ¿no?
-¡No! Te iba a preguntar si eso hacía que se elevaran al máximo los riesgos. Las escenas de sexo, los desplantes, la autoflagelación.
-Yo confío mucho en mis condiciones. Así como soy muy crítica y exigente con lo que hago, confío en que, si me preparo bien, lo puedo hacer. Soy una mina que no se achica con los nuevos desafíos. Sabía que era una de las oportunidades más importantes de mi vida.
-¿Habías leído el libro de Cielo Latini?
-Había leído el libro de adolescente y había escuchado que Cielo, en una entrevista, había dicho que le gustaría que se hiciera la película. Le dije a mi mamá que la iba a protagonizar yo. Tenía 14 años. Ella me miró, se rió, y me dijo: «Bueno, mi amor, pero ¿sabés cuántas quisieran hacer ese papel?» Y yo le insistí: «Lo voy a hacer yo, mamá, acordate de lo que te digo».
-Tuviste la oportunidad de conocer a la autora, ¿no?
-Sí, durante el rodaje, un día vino a ver un par de escenas. Yo no quería tener ningún prejuicio, no quería imitarla. Es una película basada en una historia real, pero es una adaptación.
-¿Habías trabajado con alguno de tus compañeros de elenco?
-Nunca. A Gloria [Carrá] la admiraba muchísimo. Siempre le tuiteaba que me encantaba como actriz, y cuando me dijeron que mi madre podía ser tal o cual, dije: «¡Gloria!». Encima después la conocí y no puede ser más divina. Esteban [Lamothe] es muy respetuoso, un gran compañero, igual que todo el equipo. Suena trillado, pero es verdad, fue una experiencia tan linda, y que me pase con mi primera película no tiene precio.
-Con Lamothe tenés muchas escenas de sexo. ¿Te sentiste protegida?
-Muy protegida. Esteban fue muy respetuoso conmigo. Siempre riendo, hablando de su familia, nunca se quejaba de nada.
-¿Qué diferencias encontraste entre el cine y la tele?
-¡Todas! Muchas horas de rodaje, pero lo que me encantó del cine es que son perfeccionistas y yo soy así. Me gusta verme y que esté todo perfecto: la luz, el maquillaje, la ropa. Trabajo desde muy chica y tengo muy claro qué me gusta, qué no y cómo me gusta que se hagan las cosas. El cine te da la oportunidad de que salga todo a la perfección. Hay días que estás 15 horas para hacer sólo una o dos escenas. Tenés tiempo para todo, nadie te apura. En la tele, estás a un capítulo del aire, tenés que filmar por ahí 15 escenas por día. Te da un ritmo y me encantó haber empezado ahí.
-En el film cantás "Trátame suavemente" y en tu canal de YouTube subiste una canción de John Legend. ¿Se viene tu primer disco?
-Me encanta la música. Siempre me gustó bailar, cantar y me invitaron a Tu cara me suena a hacer un tema. Fue muy fuerte lo que me pasó, me reencontré con gente que hacía años que no veía y todos me dijeron que tenía que volver a cantar. Me junté con mi profesor de canto, Willy Lorenzo y, de alguna manera, retomé. Mi idea es grabar un disco, sí.
-¿Cris Morena fue decisiva para tu formación?
-Totalmente. Cris me dio una formación. No te mandan a la cancha sin entrenar, están ahí, te preparan y el ritmo es muy duro, pero si te gusta, es espectacular. Clases de canto, baile, actuación, un coach y vas trabajando y aprendiendo a la vez. Es muy bueno haber empezado de tan chica porque por ahí sos menos consciente de lo que pasa a tu alrededor y absorbés más.
-¿Te pusiste a pensar en las diferencias entre la adolescencia de Cielo y la tuya, la relación con los padres de una y otra?
-Los padres hacemos lo que podemos, ahora lo veo del lado de la madre. Muchas veces los padres son los últimos en ver el problema que tienen sus hijos, que es lo que les pasa a los padres de Cielo. Lo ven los amigos, los docentes, los compañeros. A veces los padres están ocupados, trabajan mucho y en su afán de querer que su hijo sea perfecto, esté bien y sea sano prefieren no verlo, negarlo. Creo que hay muchas chicas que se van a sentir identificadas con la película. Yo nunca tuve esa cuota de rebeldía con mis padres, sí tuve una cuota muy grande que creo que la voy a tener toda la vida y que tiene que ver con que siempre hago lo que quiero. Yo no tuve mucho tiempo porque ya trabajaba, era como una adulta en el cuerpo de una nena. Pero sí muchas chicas se van a ver reflejadas porque han pasado por eso. La Argentina es el segundo país con más cantidad de casos de anorexia y bulimia.
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